En el estuche se encontraba una multitud de rotuladores , bolígrafos gomas y otros objetos diversos.
Perdido entre todos ellos se hallaba un viejo , pequeño y gastado lápiz.
Cuando me hizo falta el lápiz, habrí el estuche y no lo veía , entonces cogí otro lápiz que estaba nuevo. Pero me di cuenta de que no escribía tan bien como el pequeño, para mi tenía algo especial el pequeñito lápiz. Faltaba una semana para empenzar con los exámenes y yo me acordaba de mi lápiz pequeñito, por que me daba buena suerte, y entonces empencé a sacarle a mi lápiz nuevo la punta y me di cuenta de que ya se había hecho un poco más pequeño, pero todavía pensaba en mi otro lápiz pequeñito. Llegó el día del examen, cogí el estuche y al abrir el estuche , ahí estaba mi superlápiz pequeñito , me puse muy contenta.Y me salió el examen muy bien.
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